viernes, 11 de junio de 2010

Lengüicidios

Lo deseable es que cualquier lengua viva esté en permanente evolución, incorporando nuevas palabras al vocabulario a medida que surgen nuevas necesidades. El ejemplo más evidente lo encontramos en el ámbito de la tecnología. Lo triste es que nuestra lengua, en muchos casos, en lugar de evolucionar está involucionando debido a la ignorancia de aquellos que desde los medios de comunicación no tienen la más mínima preocupación ni aprecio por cuidar este patrimonio.

Es perfectamente normal que haya palabras que dejen de ser utilizadas, simplemente porque aquello que designan deja de serlo a su vez. Lo que no es lógico es prescindir de muchas otras plenamente utilizables. Antes las cosas podían ser agradables, elegantes, bonitas, hermosas, lindas... Ahora, para muchas personas, sólo pueden ser guays o, en el mejor de los casos, guapas.

Si tenemos la suerte de hablar una lengua que nos permite ser perfectamente precisos al describir algo, al expresar un estado de ánimo, etc. ¿por qué hemos de reducir sus posibilidades, empobreciéndola? ¿Donde está la evolución?

En muchos otros casos no se hace desaparecer una palabra, sino que se altera sin motivo su significado, también por ignorancia, pues no cabe otra explicación. ¿Qué hay de aquellas victorias pírricas? Una palabra cuyo origen se debía al antiguo rey Pirro, que venció una batalla con tantas bajas en su ejército, que más bien se convirtió en una derrota. Hoy en día se ha llegado a modificar tanto su significado que hasta la propia Real Academia ha llegado a tener que aceptar como pírrica una victoria por la mínima. ¿Acaso un 1-0 no otorgaba tres puntos al ganador? Bueno, pues dentro de poco van a tener que aceptar como pírrica a una persona de baja estatura…

Luego podemos encontrarnos lo que yo llamo “gramaticidios”. A ver si con un poco de suerte soy capaz de colarle esta a nuestro idioma.

La primera vez que escuché al Sr. Mayor Oreja decir: "En orden a..." se me revolvieron las tripas. Esto no es español, sino inglés (In order to...) ¿Qué, se nos acabaron las preposiciones? ¡Que vulgar resulta un “para”! Mejor me marco un “en orden a” y quedo como Dios.

¿Y qué decir del francés "es por ello que..."? en lugar de "es por ello por lo que...".

¿Dónde quedaron el cuyo y el cuya?

La lista es interminable y lo que más me duele es que, a pesar de que me esfuerzo en hablar y escribir lo mejor que puedo, soy tan vulnerable como cualquiera a semejantes “lengüicidios”. ¡Coño, he inventado otra!

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