lunes, 12 de julio de 2010

Os maldigo (Final del Mundial Sudáfrica 2010)

Maldigo al seleccionador holandés por imponer una táctica brutal y vergonzosa a su equipo. Maldigo a los jugadores holandeses por asumir ese papel sin ningún asomo de escrúpulos. Maldigo al árbitro, indigno de una final, por consentir calculadamente ese juego castrador. Maldigo a la FIFA por ser la principal responsable, por acción u omisión, de que el mundo entero haya presenciado una vez más un espectáculo infame.

Os maldigo porque habéis matado la ilusión que tenía de volver a disfrutar del fútbol como sucedió en la semifinal contra Alemania, donde el fútbol brilló, donde presenciamos el triunfo del mejor, donde el equipo alemán peleó limpiamente y perdió con orgullo, reconociendo que, simplemente, España había sido mejor.

Por el contrario, vosotros habéis logrado que, a pesar de que mi equipo ha conseguido ser campeón mundial, aún hoy sienta la indignación y la rabia al imaginar que podría haber vencido quien nada lo merecía, quien desde antes de cumplirse el primer minuto ya tendría que haber recibido una tarjeta amarilla, quien ha protestado lo incontestable durante todo el partido.

Habéis deshonrado el buen nombre futbolístico holandés, acreditado en los años de Cruyff, Neeskens, Rep, Krol, Suurbier, Rensenbrink, Van der Kerkhof, Gullit, Rijkaard, Van Basten, Koeman, Bergkamp, Kluivert y tantos otros. No les llegáis a la altura de los tacos.

Habéis apostado a matar el fútbol para vencer y habéis perdido. ¡No sabéis cuánto me alegro!

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